Esta crónica aparece un poco tarde, pero las circunstancias de la vuelta no nos han permitido que fuera hasta hoy que pudiéramos subirla, y tampoco queríamos dejaros sin esas últimas fotos...
El día 5 de abril nos levantamos muy, muy temprano para empezar un día largo de viaje en distintos medios de transporte. En primer lugar, las familias nos llevaron en coche hasta el Instituto, donde habíamos quedado a las 6:45. Tras unas emotivas despedidas nos montamos por última vez en el autobús escolar y en una hora estábamos en Indianápolis. Como habíamos llegado tan temprano tuvimos que esperar casi una hora pero no se hizo ni excesivamente largo. Pudimos colocar nuestro equipaje e iniciar un trayecto de tres horas y media con parada incluida hasta Chicago.
Una vez allí, cogimos la Blue Line, el metro hasta el aeropuerto y tras una facturación y paso de aduana bastante cómodos, esperamos hasta la hora del embarque gastando nuestros últimos dólares e intentando conectar a la wifi del aeropuerto. Tarea harto difícil, por cierto.
El viaje en avión se hizo entre películas, sueños y algún refrigerio que otro que nos hizo más entretenida la vuelta. Lo demás ya lo sabéis, Mucha alegría al ver a las familias después de dos semanas pero muy contentos por haber disfrutado un intercambio increíble.
Muchas gracias a todos por vuestro entusiasmo y fantástica disposición!!
Hasta siempre Indiana!!
El día 5 de abril nos levantamos muy, muy temprano para empezar un día largo de viaje en distintos medios de transporte. En primer lugar, las familias nos llevaron en coche hasta el Instituto, donde habíamos quedado a las 6:45. Tras unas emotivas despedidas nos montamos por última vez en el autobús escolar y en una hora estábamos en Indianápolis. Como habíamos llegado tan temprano tuvimos que esperar casi una hora pero no se hizo ni excesivamente largo. Pudimos colocar nuestro equipaje e iniciar un trayecto de tres horas y media con parada incluida hasta Chicago.
Una vez allí, cogimos la Blue Line, el metro hasta el aeropuerto y tras una facturación y paso de aduana bastante cómodos, esperamos hasta la hora del embarque gastando nuestros últimos dólares e intentando conectar a la wifi del aeropuerto. Tarea harto difícil, por cierto.
El viaje en avión se hizo entre películas, sueños y algún refrigerio que otro que nos hizo más entretenida la vuelta. Lo demás ya lo sabéis, Mucha alegría al ver a las familias después de dos semanas pero muy contentos por haber disfrutado un intercambio increíble.
Muchas gracias a todos por vuestro entusiasmo y fantástica disposición!!
Hasta siempre Indiana!!